Diego no sabía casi nada de la chica que observaba, bueno sí, que no debía tener novio pues pasaba la mayoría del tiempo sola en casa y que tendría que tener un trabajo de cara al público por su ropa sofisticada. Esas eran las suposiciones que había adivinado, pero que, en realidad, no se ajustaban para nada a la verdad.
Es así, que al día siguiente, Clara llegó a casa con alguien inesperado para él. Sí, era ella. Clara ya le había dicho a Diego que necesitaba una chica para que se ocupara de los niños. Estaba extrañado y, a la vez, entusiasmado, no es que quisiera tener nada con ella pero estaba obsesionado con su físico, puesto que era preciosa, una chica de ésas que sólo se ven por la televisión o en las revistas. Morena, delgada, labios gruesos y mirada inocente, cuerpo esbelto y proporcionado, así como un buen gusto para vestir.
Sin embargo, Diego se presentó a ella, Alicia, como si no la hubiera visto nunca antes, incluso se sorprendió ante ella porque fueran vecinos. La hipocresía nunca se hizo tan grande y presente en aquella casa jamás.
Los días pasaban y la obsesión de Diego por Alicia iba en aumento, ya no iba ni al bar a tomar unas cañas con los amigos del barrio con tal de estar mientras ella daba clases extras a los niños. Pasó de ser un voyeur a un acosador en potencia, tanto que Alicia empezó a sentir esa sensación.
Justo el día que hacía un mes que Alicia llegó a la casa, Diego intentó declararse hacia ella. Su obsesión tornó locura y hasta cambió su expresión. La llamó para que fuera al baño, le indicó que no podía coger una toalla del último estante porque le dolía el brazo al levantarlo y que si ella podía hacerlo por él. De esta forma accedió a coger la toalla, justo en el momento en el que Diego la abrazó por detrás, ella intentó zafarse de él, pero ya era imposible. Diego, su jefe, estaba empezando a violarla, tapándole la boca para que no gritara. Y en el forcejeo: Alicia cayó muerta al golpearse con la bañera, tiñéndose de rojo el suelo.
Para desgracia, la policía creyó la versión de Diego: ella se resbaló y se golpeó la cabeza, muriendo en el acto. Una pobre chica más que murió joven y de la que sólo vosotros sabéis cual fue su verdadero final.
2 comentarios:
Y esa cabecita pensante de donde sale nene?? Otra gran historia que me encanta. Por cierto,me tienes q terminar la historia del libro de París.
TQMMM
Tienes razón, la historia del libro de París se las trae.
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